Black Mirror 2x01: Be Right Back

Genial el inicio de esta segunda temporada de Black Mirror con un episodio que explora la posibilidad de mantener el contacto con los seres queridos tras su muerte. Solo hay que registrarse en un servicio que recopila información del fallecido a partir de sus publicaciones en redes sociales, e-mails y en general todo lo que haya disponible en internet, así como lo que la persona interesada en esta «resurrección» vaya contando.

Una vez reunidos los datos necesarios se puede hablar con la persona como si de un chat se tratara o, si se le proporcionan al sistema grabaciones de vídeo o audio de la persona, incluso por teléfono. Y será como hablar con la persona de verdad… más o menos. Obviamente la limitación más evidente son las situaciones de las que no se tenga información previa.

Mención aparte merece la tecnología cotidiana que se ve durante el episodio, incluso la que no está relacionada directamente con la trama:

  • Móviles muy finos y con interfaces muy vistosas. Una evolución de lo que hay hoy día.
  • Portátiles ultrafinos. El portátil —o quizá tablet— de la protagonista son dos pantallas unidas por una bisagra, ambas táctiles.
  • Gestos para interactuar con los ordenadores sin tocarlos. En un momento dado se ve cómo la protagonista pasa fotos y vídeos del móvil al portátil simplemente «lanzándolos» hacia él.
  • Unas pantallas táctiles curvadas de generoso tamaño que usa la protagonista para su trabajo creativo.
A partir de aquí habrá algún spoiler del episodio.

Ya en la segunda mitad del episodio se ve que este servicio incluso permite —por un coste mayor— construir un cuerpo de apariencia similar al de la persona real con el que se puede hacer casi de todo (sí, eso también). Por supuesto no necesita comer, beber, respirar ni dormir, después de todo no está vivo.

Al final del episodio, años después, la réplica acaba dejada de lado en el desván, como un viejo juguete con el que ya se ha jugado suficiente.