Brisas del Mediterráneo 2013 - Día 7: Mónaco

Esta entrada forma parte de una serie dedicada al crucero por el Mediterráneo del que disfrutamos en julio de 2013. Las entradas están recopiladas en Brisas del Mediterráneo 2013.

Nos levantamos a las 7 y fuimos un rato a la parte exterior de la cubierta 7 a hacer fotos de la bahía, que merecía la pena. Luego desayunamos en El Duero y esta vez sí pedí el chocolate con churros, que ya tocaba. El chocolate estaba demasiado dulce y no lo suficientemente espeso y los churros llevaban azúcar por encima, que a mí me sobraba, así que no fue la experiencia que yo esperaba.

Villefranche desde el Sovereign
Villefranche desde el Sovereign

A las 8 empezaba el desembarco, esta vez en lanchas, que el puerto de Villefranche no es tan grande como para que entre un barco como el Sovereign. Lo que hace el barco en este caso es amarrar en una boya cercana. A los que vamos por libre nos dieron unas tarjetas de colores en la discoteca Zoom y luego iban llamando a los distintos colores para ir subiendo a las lanchas, con capacidad para 90-100 personas. Nuestra excursión salía a las 9 para ver Mónaco. Teníamos las tarjetas marrones y antes de nosotros llamaron a los colores azul, amarillo, verde, rojo y lila. Subimos a la lancha a las 8.45, acojonados porque no sabíamos si llegaríamos a tiempo. 7 minutos después bajábamos de la lancha, y tras otro minuto estábamos en el punto de encuentro respirando tranquilos. El trayecto en lancha fue como veis un proceso bastante rápido, pero mejor ir a por la tarjeta pronto para evitar el estrés.

Lancha de desembarco
Lancha de desembarco

Mónaco

En Villefranche nos esperaba otro día nublado que, una vez más, no duró demasiado. Del punto de encuentro —el parking del puerto— hasta donde esperaba el autobús había un buen trecho hacia arriba alternando cuestas y escaleras; a mí se me iban a salir los pulmones por la boca, muy divertido todo.

Al llegar al fin, iniciamos la ruta con explicaciones históricas y cotilleos que ya podéis imaginar lo que me interesaban a mí. 15.000 €/mes nos dijo la guía que costaba en Mónaco alquilar un apartamento; baratito, baratito. También nos dijo que en el hotel de París, al lado del casino de Montecarlo, en día de carrera una habitación cuesta 6000 €/noche o 12000 € si la habitación tiene vistas al circuito.

Montecarlo es probablemente el barrio más conocido de Mónaco y nuestra 1ª parada del día. Tuvimos casi una hora y media para pasear por la zona a nuestra bola. Hubo quien entró en el famoso casino de Montecarlo; nosotros pasamos de pagar los 10 € y lo vimos solo por fuera. Aprovechamos para visitar el parque que había enfrente, donde nos sorprendió que el césped fuera artificial. Luego nos dijeron que una cerveza en el casino salía por 9 €, que en esa zona y en ese casino era de esperar. Montecarlo me gustó mucho, pero es otro tipo de turismo que en el resto de excursiones. En lugar de monumentos, allí lo que se veía era lujo y cochazos, como este McLaren o estos otros. Vimos BMW, Audi, Mercedes, Porsche, Ferrari, McLaren… una pasada.

A las 11.30 salimos hacia La Roca, que es como llaman a la zona del Palacio Grimaldi, a ver el cambio de guardia. En 15 minutos llegamos al parking donde nos esperaría el autocar y subimos 2 tramos de escaleras mecánicas, una planta más en ascensor y otro tramo de escaleras mecánicas y llegamos al museo oceanográfico, al que no teníamos tiempo para entrar —menuda novedad—. De allí al palacio pasamos al lado de las casas de Estefanía y Carolina de Mónaco, una de las cuales —la de Estefanía, creo, pero tanto me da— me pareció hortera de narices. El exterior del palacio estaba a tope de gente viendo el cambio de guardia,
así no pude ver casi nada, pero bueno, tampoco me moría por verlo.

Vista desde el Palacio Grimaldi
Vista desde el Palacio Grimaldi

Luego aprovechamos el resto de la hora libre que nos dieron paseando por los alrededores del palacio viendo tiendas y tal. Había una, cuyo nombre no recuerdo, donde hablaban español entre otros idiomas; eso sí, estaba llena de gente, como casi todas las demás. Aproximadamente a las 12.45 salíamos del aparcamiento de vuelta a Villefranche con la guía contándonos cotilleos una vez más, aquello parecía Sálvame Deluxe.

Llegamos al puerto a las 13.30 y había una cola del demonio para subir a las lanchas, aunque al final sólo tardamos 20 minutos. La última lancha salía en teoría a las 14.15 y nosotros estábamos en la nuestra a las 13.50, así que sin problemas. Esta vez nos fuimos a la parte de delante para ver si conseguíamos alguna foto del Souverign, como así fue. Allí daba el sol de pleno y pasamos un calor importante, pero mereció la pena.

Sovereign

Al llegar al barco, la rutina de los últimos días: buffet, siesta y ducha. Y a las 17.00 al Broadway a una charla sobre el desembarco del último día y despedida de los tripulantes. Incluso compramos por 5 € un cartón para el bingo con premio acumulado que se jugaba tras la charla de desembarco en el mismo Broadway después de 4 partidas normales. La verdad es que el bingo fue un aburrimiento; y encima no nos tocó nada, claro. El último bingo normal lo cantó una pareja de nuestro grupo de las cenas; se llevaron algo más de 190 €. El acumulado eran 2700 y pico € que se llevó una chica de Portugal. Algo más de una hora estuvimos con el bingo y nada más terminar salimos zumbando al buffet a merendar para aguantar hasta la cena, no sin antes parar a que Mariluz se comprara un perfume en las tiendas libres de impuestos.

Tras la merienda tardía, volvimos al Broadway para un espectáculo llamado Dèja vú y que consistió en una recopilación de los 12 años de espectáculos de Pullmantur. Un poco flojo al principio para mi gusto, pero luego mejoró bastante, especialmente gracias a la inclusión de la canción Heal the World de Michael Jackson, que siempre me ha gustado mucho.

Terminado el espectáculo nos fuimos a cenar. Yo tomé:

  • Buñuelo de salmón y patata. Servido con mayonesa de hierbabuena
  • Pollo «Valdostana». Pechuga de pollo dorada envuelta en jamón serrano y cubierto con champiñones frescos y queso
  • Ensalada de fruta recién hecha

Y la elección de Mariluz:

  • Consomé de tomate. Con polenta aromatizada con albahaca
  • Chuleta de cerdo marinado. Con espárragos blancos y patata duchesa
  • Arroz con leche. Con caramelo y crispy de arroz. Le pareció atroz

Al final de la cena de ese día desfilaron todos los que trabajaban en bares y restaurantes, nos hicimos fotos con nuestros compañeros de mesa y nuestros camareros y nos despedimos de todos ellos.

Salimos de allí a las 23.30 con ganas de ir a un espectáculo de sketches que había comenzado media hora antes. Vimos un ratillo por donde iba, pero no nos gustó lo que vimos y nos fuimos a tomar el aire a la cubierta 7. Y vaya si lo tomamos, menuda ventolera había. No duramos demasiado para no correr el riesgo de salir volando.

Al volver al camarote teníamos que terminar de preparar las maletas y dejarlas fuera para que las desembarcaran al día siguiente. Nos acostamos a la 1.

Más sobre el día 7

Las fotos del día están en mi álbum de Flickr de Mónaco.

Gastos del día: 55.75 €

  • 2 latas de Coca Cola: 3.60 €
  • Botella de agua de 1 l: 2.60 €
  • 2 cucuruchos pequeños: 5.60 €
  • Cartón bingo: 5 €
  • Perfume: 38.95 €

Información de actividad (vía Fitbit One de Mariluz):

  • 17004 pasos
  • 2118 calorías
  • 11.24 km
  • 36 plantas subidas